Sólo diez minutos de fuertes lluvias fueron suficientes para inundar sótanos y casas; las calles se volvieron ríos. Ríos pequeños que se transformaron en maremotos que barrían todo a su paso, y ciudades enteras quedaron bajo el agua. Lo que en Alemania anteriormente sólo conocían del extranjero, en junio del año 2016 fue también en Alemania una cruda realidad.
Me encontré con familias en Salzgitter poco tiempo después de la tormenta, que lucharon contra el agua y los daños que causó.
Reportaje actual sobre el extremo clima del verano 2016.